Palabras de Susana Díaz el sábado en Murcia: «Quiero que el PSOE sea un partido fraternal, con un liderazgo fraternal, en el que la única palabra que nos una sea compañeros». Palabras de Patxi López la pasada semana en Getafe: «No quiero ganar si el que pierde es el PSOE». Palabras de Pedro Sánchez, el domingo pasado en Cádiz: «Nunca un socialista será mi adversario». Vistas así las cosas, se diría que las primarias del PSOE son una pugna noble, iluminada por la lealtad, sin espacio para la guerra sucia.

Pero la realidad es más prosaica. Lo que viven los socialistas es una encarnizada lucha por el poder, en la que los tres candidatos se miran de reojo porque sospechan que están expuestos a trampas y emboscadas. Por ejemplo, la gestora socialista ya ha tenido que poner orden en el asunto clave de la financiación de las campañas. Ferraz quiere controlar los ingresos de cada uno de los candidatos. Un revés para Pedro Sánchez, que puso en marcha, con éxito, una campaña de micromecenazgo para financiar sus viajes y actos electorales.

Segundo ejemplo. La gestora no quiere voto por internet. Cada militante, con el carnet y ante la urna, no vaya a ser que la telemática --que manejan mejor los jóvenes y, en general, los urbanitas-- depare alguna irregularidad. Y tercer ejemplo. El censo de votantes será controlado por Ferraz. Ya ha habido sospechas de afiliaciones de última hora en alguna agrupación, con cierto tufillo a pucherazo.

El PSOE va a tener difícil en este proceso de primarias conservar la imagen de unidad y de sana y democrática discrepancia. Sobre todo, porque el origen de esta pugna viene del bochornoso comité federal del pasado 1 de octubre, en el que las formas democráticas y fraternales brillaron por su ausencia para dar paso a los cuchillos.

La prueba del algodón será saber si los tres aspirantes están dispuestos a mantener un debate televisado en territorio neutral y donde puedan exponer sus planes y también sus grandes diferencias. Las primarias son un gran avance democrático, pero eso no quiere decir que sean indoloras.

* Periodista

@JuanchoDumall