Hablaba Antonio Machado en algún poema del «torpe aliño indumentario»; tal vez más fácil si has nacido en la ciudad entre andaluza y manchega, Baeza, en la que el poeta y profesor estuvo siete cursos académicos. La deformación me lleva a frases grandilocuentes y contagiosas que multiplican su efecto entre gentes desmedradas que necesitan un bálsamo que los salve, pues el efecto contagio es muy poderoso.

Me he acordado, ¡cómo no!, de aquello de «España es una unidad de destino en lo universal», en un discurso fundacional de la Falange que fue asumida por personajes del mundo literario como Maeztu, Dionisio Ridruejo, Camilo José Cela y Gonzalo Torrente Ballester entre otros. El tiempo creó discordancias y disidencias entre ellos, no así entre gentes que durante muchos lustros las pusieron en la cabecera de su pensamiento hasta llegar a forjar una denominación de origen como salvífica, la marca España. Caló entre las gentes de muy diversas coordenadas como si fuese el conjuro de las meigas en una queimada, y hasta dio lugar a cierto clientelismo en nuestro territorio andaluz, para poner en cuestión la seña diferenciada por mor del nacimiento en una zona concreta. Es algo que ya había inventado el dictador con «la pérfida Albión» o la más cercana en latitud de «Gibraltar español» para sortear los peligros que nos acechaban por toda suerte de contubernios.

El mesianismo de una frase bien que podría medirse por su efecto multiplicador, como «Todo está atado y bien atado», como un sortilegio de meiga o de las visionarias zugarramurdi, pues que haría temblar con el tiempo a cualquier persona osada que intentara subvertir el orden establecido; el cual nos dimos a nosotros mismos para nuestra gloria y loor y sorpresa consecuente de todos los confines por lo pacífico del hecho. Fue como la frase de un visionario, tal vez consciente de que había logrado el efecto deseado; pasado el tiempo la gente adquirió la convicción de que aventuras solo las justas, para no dar al traste con el milagro. Europa, mientras, se mantenía impasible, máxime con el posterior éxito forjado y amasado tras la desaparición física del autócrata, eufemismo que sirve para despistar a los más. ¿A qué preocuparse si se vendían muchos electrodomésticos de todos los colores, incluidos los de marca blanca?

El solar daba para mucho, pues cada uno escogía su particular manera de ser útil, sin enterarse de lo que sucedía a pocos kilómetros de la zona. Los había que se dedicaban a mantener el equilibrio de la fauna con escopeta al ristre, en tanto otros venidos de diversos lugares recogían chapapote en abundancia para mantener ese mismo equilibrio ecológico. Antes lo aquí observado le había servido a un autor con punto de guasa para decir que éramos un corral nublado.

* Profesor