Cada vez con más frecuencia nos vamos encontrando fórmulas para todo. Tenemos un problema, nos vamos a internet, y a buen seguro que encontramos la solución o pautas para buscarla. Una investigación en 2013 de la Universidad de Liverpool --de su Instituto de Psicología, Salud y Sociedad--, a partir de 32.827 personas estudiadas con un test en 172 países, confirmó que el pensamiento insistente o compulsivo acerca de un problema causa más daño psico-emocional que el problema en sí. Por el contrario, las personas que no piensan mucho en sus problemas o en las heridas del pasado tienen mejor salud mental y emocional. «Los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que las que sí lo hacen», constataba Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el curso. En este contexto tienen sentido unas sencillas enseñanzas de quien fuera el obispo de Colima, México, Rogelio Sánchez González, quien en su libro Relaciones humanas, proponía cinco formas de controlar estos pensamientos, para dominar las preocupaciones. Primera, si nuestra preocupación es por algo presente, nos resultará útil analizar cuidadosamente el problema, buscar lo que se puede hacer para solucionarlo y, finalmente, actuar. Segunda, no hacer grande lo pequeño; no agitarse por naderías. Tercera, alegrarse de lo que tenemos y no prestar atención fija en lo que no tenemos y que quizá ni nos hace falta. Muchas de nuestras exigencias no nos hacen felices, solo crean servidumbres y preocupaciones. Cuarta, no hagamos caso de críticas, calumnias o burlas. Hagamos el bien y dejemos que critiquen. Es frecuente que se critique a personas que valen y precisamente porque destacan. Que las críticas nos ayuden a perfeccionarnos. Quinta, desde la orilla de la fe, encomendarse al Buen Dios y confiar en su poder y en su amor, disipa muchas preocupaciones. «La oración confiada es de los mejores medios para tranquilizar en los problemas y para resolverlos mejor», subrayaba monseñor Sánchez, en su libro.

* Sacerdote y periodista