Aprovechando que estamos en temporada de cosecha "mariana", y teniendo en cuenta lo que esto aporta a los medios: noticias sobre detenciones, decomisos, etc., conviene pro-fun-di-zar un poquito en la esencia de lo que nos cuentan, sirviéndonos, por una vez, de algo tan valioso y esclarecedor como es la ingenuidad.

Yo opino que el desconocimiento imperante en relación con la química del cannabis conlleva el castigo (multa o encarcelamiento) de personas que en el instante de su detención no poseen ninguna sustancia psicoactiva, tan solo yerbas. El caso más flagrante se da cuando las plantas son interceptadas en periodos anteriores al de floración, con su sexo aún por determinar, ya que, de resultar ejemplares machos, carecerían igualmente de cannabinoides incluso en el apogeo de dicho periodo. En este caso, las hembras no polinizadas, únicos individuos capaces de producir resina, todavía no han sido identificadas, y no corre por su savia el más mínimo indicio de THC. Es decir, que una persona detenida con plantas sin cogollo estará siendo juzgada por lo que "podría pasar", partiendo siempre de una premisa malintencionada, sin evidencias. Pero aun en la tesitura de hallarnos en octubre, con una plantación de hembras florecidas, resinosas, en el punto culminante del proceso, tampoco estaríamos ante sustancia psicoactiva alguna, puesto que el THC no adquiere esta propiedad hasta que la planta o, mejor dicho, el cogollo (lo demás no sirve) se ha secado. Si los ejemplares se abandonan en las dependencias correspondientes hasta la celebración del juicio sin recibir los cuidados necesarios, si no se cosechan ni secan correctamente, sino que se dejan en sus macetas a la buena de Dios, el periodo de cosecha pasará, el THC se convertirá en CBN (que por sí solo no coloca) y a partir de aquí pregunten a un experto como Escohotado o Fernanda de la Figuera. Si hay algo claro es que nada es lo que parece. Pero todo esto es opinión y, ya se sabe para qué sirve, ¿verdad, señor juez?

* Poeta