La impertinencia de la fiscalía belga al preguntar por las condiciones de habitabilidad de las cárceles españolas --que, por otra parte, son muy superiores a las de Bélgica y a casi todas las de Europa-- hizo dudar a muchos de que la acusación pública pidiera la detención y traslado a España del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y los consejeros que le acompañan en Bruselas. Pero no ha sido así. Al fiscal deben haberle gustado las cárceles españolas, y en concreto la de Estremera, porque ha pedido al juez que tramite la euroorden. Eso sí, el proceso va lento.