Sabemos desde siempre que los lenguajes jurídicos y administrativos son complejos, pero que un error de expresión de los fiscales del caso Lezo haya metido a José Antonio Nieto en un lío tan grande que el fiscal general le ha pedido disculpas públicas es para hacérselo mirar, por mucho que se tratara de una comunicación interna y el principal debate esté en el hecho de su filtración. Estos profesionales deberían haber asistido a primeros de mes, en San Millán de la Cogolla, al Congreso Lenguaje claro, reto de la sociedad del siglo XXI, en el que uno de los debates era ¿Hablan administraciones y empresas el mismo idioma que los ciudadanos? La respuesta sí está clara.