El consumo es la clave en las economías de los países desarrollados. Si no se consumen y gastan los bienes y servicios por parte de las familias, las empresas no tendrían motivo para producir, invertir ni contratar. De hecho, el gasto en consumo de los hogares supone alrededor del 59% del Producto Interior Bruto en España. Durante la crisis económica, según datos del Instituto Nacional de Estadística, se redujo el consumo, principalmente por la pérdida de renta debida al desempleo y la desconfianza de las familias, que empezaron a ahorrar más. De modo que, en 2008, el consumo estaba situado en unos 623.000 millones de euros que se esperan volver a alcanzar tras 8 años en el presente 2016, después de que en noviembre se incrementaran las ventas minoristas en un 4% (con respecto a noviembre del 2015) y van ya 27 meses consecutivos de incremento. Entonces ¿podemos afirmar que ya vamos viento en popa? Pues creo que existen, como de costumbre, cuestiones sobre las que reflexionar.

En 2008 la tasa de paro española era de un 11,2% (unos 2,5 millones de personas) y en el tercer trimestre de 2016 arrojó un 18,9% (unos 4,3 millones de personas según la última Encuesta de Población Activa, y, si bien los datos de paro registrado difundidos ayer por el Ministerio de Empleo reflejan una reducción anual histórica, con 390.534 desempleados menos y 3.7 millones de parados al cierre del año, la cifra sigue siendo muy alta); además, los salarios se han mejorado poco, de hecho el salario medio anual se vio reducido en 2012 (--0,7%) y en 2013 (--0,1%) y no fue hasta 2014 cuando comenzó a aumentar (0,7%); y los precios no han cambiado significativamente, mostrando las variaciones de las medias anuales del Índice de Precios al Consumo (IPC) reducciones en 2014 y 2015. Por tanto, si hay muchas personas desempleadas, los salarios no se han elevado sustancialmente y no se ha producido un efecto subida de precios que amplifique la cifra de consumo artificialmente ¿de dónde sacamos el dinero para consumir? Según datos del Banco de España, el endeudamiento de las familias, por suerte, se ha visto reducido a lo largo de la crisis económica, aunque en 2015 siguió suponiendo el 106% de su renta bruta disponible y por primera vez desde 2008 aumentó la deuda derivada de préstamos para el consumo y otros fines. Respecto al ahorro, mejoró en 2008 y 2009, pasando la tasa de ahorro a situarse en un 17,8% de la renta disponible de las familias, pero cayó bruscamente en los años posteriores siendo en 2015 de 9,4%, previéndose una cifra inferior este año.

Por otro lado, en España, el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente indica que se tiran de media más de 7 millones de toneladas de alimentos, y los hogares son responsables de aproximadamente un 40% de lo desperdiciado, unos 2 kilos de alimentos por persona al mes. Pese a lo cual, en 2015 aumentamos las compras en alimentación y nuestro gasto medio por persona. Algo que no solo nos debería dar vergüenza por el 11% de la población mundial que vive en extrema pobreza, sino que además causa graves perjuicios medioambientales tanto en la producción de unos alimentos que luego tiramos como en su posterior descomposición por haberlos tirado. A lo que se une, que somos el país de la Unión Europea, después de Dinamarca que tiene una renta bastante superior a la nuestra, que mayor gasto por familia realizará estas Navidades, unos 682 euros, según afirma un estudio de la consultora Deloitte, la cifra más elevada desde 2009, con un gasto de 265 euros en regalos, superior a por ejemplo el de los alemanes; pero además más de la mitad de los españoles afirman que a lo largo de 2017 realizarán compras de aparatos tecnológicos.

Vamos, que eso que se dice de los españoles sobre lo consumistas que somos, es verdad. Con el recuerdo vivo de una profunda crisis económica, nos dedicamos a disminuir nuestro ahorro y consumir cosas que no necesitamos. Para mí, un panorama que lejos de indicar que vamos viento en popa, indica que nos vamos a meter en otra tormenta perfecta.

* Profesora de Economía de la Universidad Loyola Andalucía

@msalazarord