E l pasado 30 de mayo se celebró, en la parroquia de san Nicolás de la Villa, la Exaltación de San Fernando, a cargo de Juan José Primo Jurado, acto organizado por la Hermandad de la Purísima Concepción de Linares Coronada. «Para un cordobés y un historiador, comenzó diciendo, es un orgullo que sale del corazón cantar y elogiar al Rey que devolvió Córdoba a la Cristiandad y a Occidente». Primo Jurado centró su «exaltación», colocando cinco coronas sobre la cabeza de Fernando III: La de la historia, la de la ciudad de Córdoba, la del arte, la de la Iglesia y la de la Virgen María. Subrayó con fuerza que san Fernando fue decisivo para Córdoba, dándole una vitalidad ausente en sus dos últimos siglos. «Deshabitada y rodeada de territorios hostiles, la incluyó en la jurisdicción real y la dotó de un generoso y modélico Fuero de Ciudad, que diseñaba sus instituciones municipales y garantizaba su repoblación con hombres libres, sobre todo castellanos y leoneses. Dividió la ciudad en catorce barrios o collaciones. El propio Rey residió en ella hasta liberarla de amenazas bélicas. Córdoba ejerció desde entonces y hasta 1492 como capital de la frontera, reportándole numerosos beneficios económicos y políticos». El exaltador quiso tambien referirse «al olvido de la ciudad», para con su Rey. «Quizás por aquello de hacerse luego ‘sevillano’ y estar enterrado en la ciudad vecina, rival y amiga, que sí le honra ampliamente, a san Fernando, Córdoba no le ha dedicado ni una estatua y solo existe una escultura en una hornacina de la fachada de la iglesia de san Francisco, mas otra en el santuario de Nuestra Señora de Linares. Incluso la larga calle que lleva su nombre, nos empeñamos los cordobeses en llamarla Calle de la Feria». Juan José destacó, asimismo, en su exaltación, el ramillete de «iglesias fernandinas», que son hoy un lujo del patrimonio cordobés, y por supuesto, la entrega de la Mezquita como Catedral de la diócesis, respetando el mihrab y las inscripciones coránicas. Lastima que Córdoba haya «olvidado tantas hazañas y glorias» de Fernando III el Santo. Quizás sea «marca de la casa».

* Sacerdote y periodista