La larga crisis económica y los recortes de la inversión pública afectaron de una manera rotunda a la actividad de promoción comercial de Córdoba, que vió drásticamente reducida su oferta de ferias. Estos eventos, concebidos para el encuentro empresarial y los negocios, fueron debilitándose hasta desaparecer algunos de ellos, como es el caso destacado de la Feria Joyacor. Mejor resistieron, aunque no todas, las ferias celebradas en los pueblos, con sus recintos feriales, sus tradiciones, sus empresas fuertes --ahí está el ejemplo de Covap-- y el apoyo de sus ayuntamientos, sumado al de otras instituciones, principalmente la Diputación. En la capital, por contra, a la reducción del número de convenciones feriales y a la falta de un tejido empresarial animado a sacarlas adelante se ha sumado la carencia de sedes y edificios adecuados para estas convocatorias. Ahí, Córdoba mantiene una orfandad que se prolonga con los años y que, aunque en vías de solución, todavía no ha señalado el momento cierto para este cambio de rumbo.

La Diputación Provincial ha sido durante estos años la herramienta de impulso de los certámenes comerciales, tanto por su apoyo económico como por la cesión de su sede en el Palacio de la Merced y la explanada adjunta, paliando la ausencia de ese centro de convenciones que se hace esperar más de la cuenta. Su ubicación céntrica ha sido, además, ideal para esas pequeñas citas sectoriales que difícilmente hubieran resultado atractivas celebrándose lejos del casco urbano o en grandes pabellones donde su presentación no habría resultado lucida.

La Diputación presentó ayer su programa de ferias comerciales para el tercer trimestre del año, que desarrollará a través de su Instituto Provincial de Desarrollo Económico. Su presidenta, Ana Carrillo, anunció una inversión de 430.000 euros en cuatro citas que se celebrarán entre septiembre y noviembre y que ofrecen una marcada personalidad, un indiscutible sello provincial aunque se celebren en la capital, pues en ellas se suman la cohesión del territorio --al abarcar en expositores e intereses a toda la provincia--, y el apoyo a la innovación, el medio ambiente y el empleo.

Intercaza, ya veterana, necesita poca presentación tras superar las dos décadas, pero el Foro Impulso del Empleo y el Emprendimiento, que se celebrará por primera vez, parece una experiencia interesante para dar algo de vida al complicado mercado laboral de la provincia. Fimart, la feria que acerca la actividad agroalimentaria y rural a las nuevas tecnologías, llega a su cuarta edición precedida del buen ritmo de las convocatorias anteriores, una invitación a los nuevos modelos de desarrollo rural. Y, finalmente, la Feria de los Municipios, recuperada el año pasado tras el paréntesis de la crisis, representa una necesaria ocasión de intercambio y de encuentro entre los diferentes pueblos y comarcas de nuestra variada y rica provincia.