La previsión y el cuidado que el Ayuntamiento de Córdoba ha puesto en la organización de la Feria de la Salud, el empeño en garantizar la seguridad, restringir el botellón y mantener la cualidad de «feria abierta» que distingue al festejo no oculta las grandes asignaturas pendientes que se arrastran desde hace años. Aunque las perspectivas de visitas sean buenas, aunque se pueda presumir de la portada, aunque las numerosas organizaciones con que cuenta nuestra ciudad se lancen con entusiasmo a dar vida al recinto, lo cierto es que su estética y configuración está necesitada de una reestructuración integral, pues el diseño concebido en 1994 ya no es válido. El Ayuntamiento ha destinado en torno a un millón de euros a la celebración que ya está en curso, y reserva otros 300.000 para comenzar a aplicar esas mejoras necesarias, aunque de momento solo se ha ejecutado el asfaltado de una pequeña zona. A partir de junio, empezarán, según se ha dicho, las reuniones de la comisión de feria, que deberá plantearse la estructura (el número de participantes se ha reducido y quedan grandes huecos), las anheladas e indispensables sombras, el tamaño de las casetas, los accesos y movilidad... Ya es hora de acometer una reforma que lleva años siendo urgente. Mientras, esperando que todo se desarrolle con alegría y sin incidencias y que la restricción de los autobuses de Aucorsa no ocasione grandes problemas, lo que toca es disfrutar de El Arenal.