El pasado miércoles asistí en Madrid a la representación de Alta Seducción, de la autora María Manuela Reina, natural de Puente Genil. Esta comedia se estrenó en el teatro madrileño Reina Victoria hace 28 años y allí estuve yo. ¿Por qué esta insistencia? Son varias las razones pero quiero destacar que me interesé en los años 80 por la obra de nuestra premiada paisana cordobesa. La comedia entonces como ahora ha estado dirigida y protagonizada por Arturo Fernández que acaba de cumplir 88 años. Un actor maduro cuando tenía 50 años y ahora lo sigue siendo pese a que ya han pasado 28. Vivimos otros tiempos en cuestión de edad. El argumento exige pocas palabras. El maduro señor, político de profesión, se enamora de una encantadora escritora joven que quiere escribir una historia sobre el amor y la seducción. La moraleja, con unos cambios introducidos en la versión actual muy de actualidad, le vale a la autora para equiparar la profesión de político a la profesión de las prostitutas. Hubo risas a raudales durante ambas funciones, pero sobre todo en la de ahora. Arturo Fernández ha dicho cosas muy juiciosas durante una entrevista: «Lo que más abunda ahora es la ordinariez, la chabacanería y la vulgaridad». Se mostró crítico con la degradación del tradicional galán en este tipo de comedias. Está en contra de que se dejen la barba y el desaliño en el vestuario o provocar la carcajada con groserías. Pero la moda de la fealdad lo invade todo, incluida la política. Llamar «presos políticos» a los detenidos por incumplir la ley forma parte de esa fealdad generalizada.

* Periodista