Pues no sé de qué se extrañan. Tiempo tuvieron, mucho tiempo, de reformar la ley electoral. Tiempo para impedir que quienes no debieran tener representación sino en sus territorios, sean una y otra vez los dueños del mango y de la sartén. En las últimas elecciones generales, entre los partidos abiertamente contrarios a la Constitución y favorables a la independencia como ERC, CDC, PNV y EH Bildu obtuvieron un total de 1.581.440 votos, de un total de 24.161.083. Ese millón y medio de votos son los que siempre suelen decidir las cosas en este país. Proporcionalmente, esos votos, que no representan nada más que el 6,5 por ciento de la voluntad popular, enviaron al Parlamento al 16 de los ocupantes de los 350 escaños totales. La raíz del problema, obviamente, no es solo esa, hay más. Por ejemplo, el haber alimentado a partidos nacionalistas a base de concesiones interminables, y, sobre todo, haber permitido su existencia misma. En cualquier país sin tendencias suicidas, jamás se permitiría la presencia de fuerzas disolventes de la nación en el seno de la representación democrática, y menos depositarían sobre ellas el poder casi siempre decisivo de quién gobierna y quién no. ¿La corrupción? Por supuesto, pero que arroje la primera piedra quien, teniéndola todo el día en la boca y utilizándola como argumento en vez de como objetivo a eliminar, esté libre de ella. No sé de qué se extrañan. Mucho tiempo tuvieron de cambiar las cosas, no por sacralizar el bipartidismo, sino por introducir la justicia democrática en las demarcaciones territoriales y una proporcionalidad que impida que los votos de los pequeños --por la ley D’Hont-- valgan más que los de los grandes, que, por ello mismo, son los que el pueblo prefiere. Lo demás es música. Los presupuestos de venganza y de ida y vuelta son una pista más del circo. Lo que importa es que un millón y medio de traidores a la Constitución son los que siempre marcan el baile de todos nosotros. Lo que importa es que esta moción/cuerpo Frankenstein tiene una cabeza muy pequeña de 85 neuronas/escaños), 71 quebraderos de cabeza podemitas y el resto está lleno de células cancerígenas. Muerte segura.

* Profesor

@ADiazVillasenor