Córdoba ha sido la provincia andaluza mejor valorada por los turistas en el primer trimestre de este año, con una nota de 8,4 sobre diez, pero también ha sido uno de los destinos en el que menos han gastado los visitantes, solo 56 euros de media por persona al día, y eso que la cantidad supone un aumento anual del 5%. La cifra estimada por el Instituto de Estadística de Andalucía queda muy lejos de los 65 euros de media que registra la comunidad autónoma, y a años luz de los 89 euros por viajero y día que recibe Sevilla. ¿A qué se debe este dato? Es verdad que se produce en temporada baja, pero también lo es para el resto de provincias, que, sin embargo, ofrecen mejores cifras.

Los turistas aprecian la comodidad de venir en tren, el patrimonio cultural y la naturaleza en su viaje a Córdoba, junto con los entornos urbanos, la seguridad ciudadana, el alquiler de coches y los autobuses. Sin embargo, esos 56 euros de media de gasto diario indican una escasa rentabilidad, que no se corresponde con la excelencia de la oferta, y que presentan a Córdoba como un destino al que el turista acude con agrado, pero sin intención de que le sea gravoso al bolsillo.

Es evidente que la solución no reside únicamente en atraer a más visitantes. Durante los últimos años se ha apreciado un constante incremento de la cifra de turistas, especialmente en la ciudad, que recibe más de 80% de las estancias, pero también en la provincia, donde la oferta cultural, gastronómica, de rutas temáticas y de naturaleza se está desarrollando poco a poco pero con indudables aciertos. Aunque es importante ir “rellenando” los meses bajos, como se está consiguiendo, por ejemplo, en los de verano, la clave está en ofrecer actividades y servicios que no solo retengan a los turistas más días sino que los inviten a contratar visitas, a vivir experiencias novedosas, a adquirir artesanía y, en suma, a gastar más. Subir precios sería un error, pues ya hay quejas sobre los alojamientos no solo en temporada alta, sino cualquier fin de semana -los nuevos hoteles proyectados pueden cambiar la situación-, y el resto de los sectores vinculados al turismo, principalmente la hostelería, harían bien en seguir cuidando la calidad sin abusar en las facturas.

La masiva visita de estos días a los patios deja claro que Córdoba debe arbitrar medidas para no verse desbordada y perder la autenticidad que ha hecho singularmente atractiva su oferta. Las instituciones, principalmente el Ayuntamiento, deben velar por estos aspectos y por todos los que afecten a la imagen de Córdoba y a la calidad de sus servicios. Y apresurarse a resolver el hándicap de la carencia de equipamientos para la celebración de congresos. Y el sector privado debe responder a la llamada de los colectivos que con su esfuerzo atraen a unos visitantes (cofradías, cuidadores de patios) de los que la industria turística se beneficia sin corresponder.