Miren qué definición más bonita. Eufemismo: «Manifestación suave o decorosa de ideas cuya recta y franca expresión sería dura o malsonante». Qué preciosidad, dan ganas de abrazar a la Real Academia de la Lengua y a los sabios que reflexionan entre sus pulidas maderas. El eufemismo es el rey de nuestro tiempo. En vez de utilizar el verbo «orinar», decimos que alguien «ha ido al baño». En vez de «trabajadores» decimos «recursos humanos», en vez de «mentira cochina y manipuladora» optamos por «postverdad», en lugar de «despido» ponemos «baja incentivada»... Y ahora, en lugar de «poner toldos y cubiertas» hablamos --bueno, quien lo haga, que al parecer es la Junta de Andalucía-- de «aclimatar los exteriores» de los colegios. «¿Qué es climatización exterior?», pregunté con toda mi inocencia, y me contestaron que los toldos, como el que ponía mi querida tita G. en su patio para que no se le estropearan las plantas en verano. En este caso de la «climatización de exteriores» el eufemismo no cumple con su misión de suavizar términos malsonantes, porque a ver qué tiene de malo la palabra «toldo», y parece más bien responder a la tontería que nos invade, a la oleada de palabras finas con las que queremos «valorizar», o sea, aumentar el valor de algo. Como todavía no le van a poner aire acondicionado a los colegios, disimulan y engrandecen una acción que a mi entender es estupenda, que se llama poner toldos en los patios o donde sea. Bien hecho. Pero luego no se quejen si los concejales del PP llevan al Pleno un abanico de cartón y la leyenda «sistema climatización colegios»... Como el chiste, aire acondicionado «a condición de que abras la ventana».