Pocas novedades, en cuanto a las preferencias políticas de los andaluces, aporta la encuesta elaborada por Celeste-Tel para Diario CÓRDOBA en el ecuador del mandato autonómico. Quizá el dato más llamativo es el que preludia un incremento en dos puntos porcentuales de la abstención, que indicaría un mayor hartazgo o desencanto de los electores, que, por otra parte, apenas muestran disposición a mover el mapa electoral. Como recogemos en nuestra edición de hoy, todos los partidos políticos representados en el Parlamento de Andalucía perderían votos si se celebraran elecciones, con la única excepción de Ciudadanos, pero la distribución de los apoyos dejaría un equilibrio muy similar al actual, si bien al hilo de los pequeños cambios que refleja la encuesta pueden hacerse varias reflexiones.

Por una parte, el PSOE volvería a queda lejos de la mayoría absoluta, pero sigue siendo el único con opciones de gobierno. Así, mantendría los 47 escaños que obtuvo en las elecciones autonómicas del 2015 (con un ligero incremento porcentual en el apoyo recibido), con lo que seguiría necesitando de alianzas con otras fuerzas políticas para continuar al frente de la Junta de Andalucía. El dato es significativo, pues implica que la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, no se ha visto debilitada tras su fallido intento de convertirse en secretaria general del PSOE. Las primarias contra Pedro Sánchez no le han pasado factura, con lo que sigue habiendo una nítida diferencia entre el PSOE del norte y el PSOE del sur. Al mismo tiempo, el respaldo que los encuestados dan a Podemos, que sumaría un parlamentario más --pasando de los 15 actuales a 16-- deja claro que la formación de Teresa Rodríguez no está en estos momentos en condiciones de discutir ni de arrebatar a los socialistas la hegemonía de la izquierda. Y a ello se añade que Izquierda Unida se debilita, quedándose en 4 diputados.

El gran perdedor de la encuesta es el Partido Popular, que bajaría del millón de votantes y, según esta proyección, perdería dos parlamentarios --uno de ellos en Córdoba-- quedándose en 31 escaños. La labor de oposición de Juanma Moreno no está calando en los votantes, al contrario que está pasando con Juan Marín y Ciudadanos, que sube de 9 a 11 diputados. Rompe C’s la tradición fagocitadora del PSOE, que ha debilitado a anteriores socios de gobierno (PA, IU), y consigue rentabilizar el pacto de investidura: no se implica en el gobierno, lo controla y consigue «vender» los detalles que le arranca en las negociaciones a cambio de su apoyo.

En Córdoba se aprecia el incremento del voto hacia las distintas opciones de izquierdas: el PSOE repetiría con sus 5 diputados, pero el PP perdería uno, quedándose en tres. El beneficio sería para Podemos, que pasaría a contar con dos parlamentarios en la provincia, mientras Ciudadanos e Izquierda Unida repetirían con uno.