En la aldea global los españoles nos caracterizamos por el enorme entusiasmo con el que nos subimos a las modas y novedades que llegan, casi siempre, de la cultura anglosajona. Así se ha producido con la celebración de Halloween y, en menos tiempo, con el famoso Black Friday en el que el comercio de EEUU hace las mejores ofertas del año el día después de la también famosa fiesta de acción de gracias. La idea, al margen de los posibles fraudes, ha calado porque permite al consumidor adelantar a precios ventajosos muchas compras navideñas. El comercio, especialmente en algunas grandes capitales, ya había tomado la costumbre de hacer ofertas en diciembre para subir ventas antes de que termine el año, y con esta convocatoria la iniciativa se ha consolidado. Sin contar todavía con un balance de cómo se ha desarrollado este Black Friday en Córdoba, lo cierto es que la animación en las calles hace prever buenos resultados para el comercio. Y eso es positivo, aunque el otoño español sea cada vez, en usos y lenguaje, más norteamericano.