Enrique Iglesias, que congregó el sábado a 30.000 personas en Santander en el único concierto en España de su nueva gira Love sex, recibió una bronca impresionante tras abandonar su actuación sin despedirse de un público atónito que, viendo que el cantante no volvía, acabó gritando «esto es un atraco» y «fuera, fuera» cuando los técnicos empezaron a desmontar el escenario.