Este catedrático, director del Instituto de Derecho Público desde el que se concedieron los polémicos másteres de la Universidad Rey Juan Carlos, disponía de su propia tarjeta black, a tenor de los detalles que se conocen del sumario. Gastó 100.000 euros con cargo a tarjetas del centro, 50.000 en viajes y restaurantes y gastos personales, a los que se suma dinero retirado en efectivo.