La decisión de un tribunal regional alemán de extraditar a España al expresidente regional catalán Puigdemont, bajo la condición de no ser juzgado por alta traición (rebelión), pone en evidencia, entre otras cosas, el grado de maltrato a que se ve sometida nuestra nación por ese entramado neoliberal capitalista llamado Unión Europea (UE), verdadera cárcel de los Estados-Nación, pero, sobre todo, de las naciones del sur de Europa.

Alemania, cabeza visible de la UE, muestra así, además, sus contradicciones, pues se trata de un Estado en el que está prohibido defender la separación de cualquiera de sus regiones (länder).

Corresponsables y culpables son también el Gobierno del PP y todo el régimen nacido en 1978; el primero, por su inacción internacional y su desidia; el segundo --como siempre hemos dicho y diremos--, por haber cedido competencia tras competencia a las regiones desde hace 40 años, sin control, y por haber permitido que las semillas del egoísmo y del odio entre españoles hayan germinado y crecido hasta culminar en la actual situación.

En Falange Española de las JONS no dejaremos de denunciar, como lo hacemos desde hace décadas, que la cesión de nuestra soberanía a la UE es un delito en sí y pone en riesgo nuestra libertad y nuestra identidad. A la vista están los resultados. Hoy, más que nunca, España debería replantearse su situación dentro de la Unión Europea y considerar, incluso, su salida de la misma, retomando de este modo su soberanía nacional y su destino, en plena libertad.