En este caso concreto ha sido en el transcurso del congreso provincial de las Juventudes Socialistas de Andalucía (JSA) celebrado en Montilla. Pero es un hecho tan alarmante y una verdad tan descarnada que asola no sólo a la capital y la provincia sino a todo el Estado español. Las dificultades para el acceso al empleo y la adquisición de una vivienda son los principales problemas que denuncian los jóvenes, acuciados por ellos. En una economía liberal en la que el empleo fijo se ha convertido en un empeño imposible y la precariedad laboral y los contratos llamados basura están a la orden del día, sobre todo en el sector juvenil de la sociedad, resulta casi imposible que las nuevas generaciones se independicen de sus padres y opten a una vivienda propia. El alto precio de los pisos, a pesar de que cada vez se construye más, la falta de viviendas de protección oficial y la escasez o casi nula oferta de pisos de alquiler de baja renta son una realidad tan sangrante en la actual coyuntura que vivimos que la juventud, sin recursos fijos, opta por mantener su status de dependencia paterna obligada por las circunstancias. Son problemas que las distintas administraciones tienen anotados pero que, al parecer, nadie se atreve a solucionar.