Si utilizan ustedes el AVE para regresar a las estaciones cordobesas (Villanueva, Córdoba o Puente Genil) desde Madrid habrán experimentado la ansiedad que produce en Atocha mirar a la pizarra electrónica y que, cuando incluso quedan solo dos minutos para que salga el tren, no ponga el número de la vía para embarcar. Los pasajeros asiduos ya saben dónde colocarse, pero los eventuales miran ansiosos y nada, que siguen sin saber dónde se situará su tren. Eso sí, convoyes hacia otros destinos se anuncian con tiempo sobrado. Esto se ha agudizado con las protestas de empleados de Renfe, pero viene siendo conducta habitual. Se ve que consideran a los viajeros andaluces más despabilados y menos necesitados de información.