El incendio ocurrido en uno de los pilares del Puente del Arenal ha vuelto a abrir el debate sobre el estado del río. Debate en el que se vuelve a cuestionar la vegetación de ribera que crece en este paraje.

Conviene caer en la cuenta que en el lugar donde se origina el fuego es una zona de escolleras con escasa vegetación y en la que se habían acumulado ramas y residuos. Es decir, el río podía estar completamente alicatado y sin una brizna de hierba que este incendio se hubiera originado con consecuencias parecidas. Por tanto, se trata de un fallo o de una falta de previsión de la Administración responsable del cuidado de esta infraestructura, una falta de atención que tendrá un alto coste para las arcas municipales.

Estamos aconstumbrados a que en el río se realicen continuamente inversiones como la restauraciones de los molinos, embarcaderos, pescódromos, etcétera, obras que consiguen un impacto mediático pero que luego quedan inutilizadas, bien por inadecuadas o por una falta de mantenimiento.

Desde Ecologistas en Acción hemos venido reivindicando con otros colectivos acciones que se traduzcan fundamental en una atención permanente al río, mediante una limpieza continua de los residuos urbanos que se acumulan en los márgenes, un uso de los molinos restaurados y una gestión continuada de la vegetación. En este último punto sería fundamental el favorecer que el ganado pudiera pastorear durante determinadas épocas en el tramo urbano del Guadalquivir, como lo venía haciendo hasta hace muy pocos años. La desaparición de las vacas que pastaban en los Sotos de la Albolafia ha sido una de las causas del cambio de paisaje que se ha producido en los últimos años en este paraje protegido.

Para ello se debería llegar acuerdos con pastores que tienen sus rebaños cerca de la capital, o aquéllos que practican la trashumancia y que tienen como ruta nuestra ciudad. El Ayuntamiento, como mínimo, debería ofrecer a estos personas la posibilidad de un alojamiento digno que le permitiera realizar una tarea que beneficia a toda la comunidad en unas condiciones aceptables.