Recién comenzado el curso escolar me gustaría reflexionar sobre otra forma diferente de hacer educación como es la Pedagogía Waldorf, un sistema integrado en el marco de las Escuelas Asociadas de la Unesco, siendo en número de estudiantes el movimiento educativo más importante del mundo. Además es reseñable que está muy bien situada en los informes Pisa y el currículum académico está en el marco del Ministerio de Educación y Ciencia.

En este aprendizaje se respetan los ritmos naturales infantiles y el amor y el respeto son hilos conductores en su crecimiento madurativo. Me resulta sorprendente que este tipo de educación este arrasando en Sillicon Valley, donde tienen sede empresas como Facebook, Apple, Google, etc. ¿Por qué pasa esto con las hijas e hijos de las personas que trabajan en estos sitios? Porque en estas escuelas se apuesta por la experimentación en el mundo real, fomentan la creatividad, curiosidad y habilidades artísticas.

El curso pasado en unas jornadas de puertas abiertas tuve la suerte de conocer una asociación Waldorf en Córdoba llamada Piedra y Cielo que está apostando por un proyecto de este tipo y quedé sorprendido porque muchas de sus actividades de enseñanza eran el hacer pan, manualidades o paseos a diario por jardínes y principalmente estimulan el hemisferio izquierdo que es la zona donde la imaginación y la creatividad se desarrolla y posibilita que se marque la diferencia a la hora de buscar empleo o de trabajar con ideas innovadoras y significativas, o mejor aún, el ser mejor ser humano.