Agosto es un buen mes para el repaso político de los asuntos de la ciudad. Y así lo está haciendo el PP, que ayer se dijo dispuesto a hacer «un marcaje» a la Junta de Andalucía para ver si cumple los plazos anunciados en la reforma de la ronda del Marrubial. Los populares aseguran que el consejero de Fomento anunció para final de julio la licitación de los trabajos que corresponden a la Administración autonómica, una primera fase que incluye la remodelación del acerado de la muralla y el carril-bici, que deberán desarrollarse en siete meses. Desde la Consejería de Fomento se señaló ayer mismo que se están ultimando los trámites y que la licitación podría producirse a finales de agosto. Un retraso que sería insignificante, si bien este es un mes de escasa actividad política y administrativa, y parece difícil que este paso se combine con la necesaria firma de un convenio con el Ayuntamiento para la segunda fase de las obras.

La ronda del Marrubial es una asignatura pendiente de la ciudad desde hace décadas. Literalmente, pues su reforma ya estaba prevista en el PGOU de 1986. Es una vía de mucho tráfico que, con el crecimiento de la ciudad, está ya en pleno casco urbano a pesar de ser todavía de titularidad de la Junta de Andalucía, y su deterioro, además de molestias para los vecinos, rompe la estructura urbana, que parece inacabada. Un mes, unas semanas, no tienen importancia, pero sí es importante que, una vez decidida la remodelación, esta no sufra dilaciones y se lleve a cabo con rapidez y eficiencia. Y escuchando las propuestas de los vecinos, sobre todo para resolver los problemas de aparcamiento.

Y, en este repaso de verano, coincidió ayer la difusión, por parte de la Junta de Andalucía, de la situación en la que se encuentra la remodelación del Palacio de Congresos de la calle Torrijos, paralizada dos años por el incumplimiento de la empresa adjudicataria, Aldesa, y que saldrá adelante al haberse encargado su terminación a la empresa pública Tragsa. Los trabajos de limpieza interior y adecentamiento del edificio, deteriorado por la interrupción de las obras, ya están ejecutados, y la Junta asegura que Tragsa está redactando el proyecto para iniciar la segunda fase, que se ejecutará en el 2018, con la mejora y ampliación del salón de actos para permitir la celebración de congresos y convenciones. Al tiempo, anuncia que está elaborando el pliego de condiciones (consensuado con empresarios y sindicatos) para sacar a concurso la gestión, de forma que al término de la remodelación sea posible abrir el inmueble cuanto antes. El Palacio de Congresos, olvidado por la ciudad mientras se preparaban otros megaproyectos que finalmente no se han realizado, es hoy la única referencia que tiene el sector de turismo de congresos para recuperar el negocio perdido en la capital. Por ello es imprescindible que no haya nuevos retrasos.