Poniendo en antecedentes al lector, decir que la calle Cañada Real de Córdoba (junto al antiguo Silo de trigo en la zona de Noreña) no ha sido otra cosa que un terrizo en verano y un barrizal en invierno iluminada en uno de sus laterales por farolas de una treintena de años; eso sí, más de doscientas familias la habitamos.

Para su arreglo, los vecinos de esta calle hemos tocado todas las puertas habidas y por haber durante años (Gerencia de Urbanismo, plenos del Ayuntamiento, Junta de Andalucía), llegando a entender en ese trance el arte del toreo. Eso sí, ni la suerte de varas, ni la de banderillas, ni ninguna otra nos ha devuelto a corrales por falta de fuerza o desfallecimiento. De las varias reuniones con el anterior gobierno local solo se obtenía por respuesta que el terreno es propiedad de la Junta de Andalucía por ser vía pecuaria. En la decepcionante reunión con la Junta (Fomento) pude sentr en primera persona la distancia y falta de empatía creada por la clase política respecto al ciudadano haciendo padecer al contribuyente el enfrentamiento entre administraciones de distinto signo político.

Os puedo asegurar que el elogio gratuito no es una de mis cualidades. Cuando decido escribir esto, aunque tiene que ver con el elogio, no tanto lo es como con el agradecimiento pleno y sincero hacia Laura Ruiz Moral, concejala y delegada del Departamento de Infraestructuras del Ayuntamiento de Córdoba, que ha sabido escuchar y actuar en pro de los vecinos de la calle Cañada Real que desde el año 2005 vienen exigiendo el adecentamiento y arreglo de la referida vía.

Dejo caer entre mis vecinos la propuesta de que algún día solicitemos el cambio de nombre de calle y deje de llamarse Cañada Real (nombre demasiado vinculado a los problemas que hemos venido padeciendo) pasando a llamarse "Concejala Laura Ruiz", verdadera artífice de esta nueva realidad. Y como no, igual agradecimiento al diputado Andrés Lorite Lorite en la parte que le toca quien ha demostrado que es posible, incluso exigible, la colaboración entre distintas administraciones, cosa esta que como he dicho antes, nos fue negada en otras instancias. Y por último, gracias Miguel Fernández Cantero, ese buen vecino siempre a mi lado en todas y cada una de las innumerables gestiones realizadas.

Alberto Segorbe Rodríguez

Córdoba