El 22 de diciembre de 1216, el papa Honorio III promulgó la Bula Religiosam Vitam, por la que se confirmaba y tomaba bajo «la protección y amparo de San Pedro y la suya» a la Orden de Predicadores, fundada por Santo Domingo de Guzmán. La O. P. cumple ahora pues 800 años.

Como ya es conocido por los diversos actos que se vienen organizando, los dominicos estamos celebrando durante este año 2016 un año jubilar en recuerdo de tal efemérides.

Está bien que miremos a las raíces, al pasado, que estudiemos la figura de santo Domingo y sus compañeros y a los dominicos que nos han precedido. Entre ellos hay grandes figuras muy reconocidas en todas las materias intelectuales y sociales, así como muchas más quizás no tan conocidas y otras desconocidas, pero todas ellas son referentes necesarios para los todos los que actualmente seguimos el carisma de nuestro padre Domingo.

Pero, como dice el lema del Jubileo «Enviados a predicar el Evangelio», la misión de los dominicos tiene una característica de acción, de no estarse quietos; que el estudio y la contemplación del Evangelio van encaminados a su predicación y a actuar en este tiempo y lugares en el que nos ha tocado vivir tal como Jesús lo hacía en su época.

Por ese motivo, los dominicos desde todas sus ramas (frailes, monjas, religiosas y laicos) llevan a cabo su misión --unas veces más a la luz pública y las más de las veces en forma callada y anónima-- en distintas actividades apostólicas, como, por ejemplo, la enseñanza y animación pastoral en colegios propios y ajenos; actividad misionera, de evangelización y de promoción humana; asistencia social e instituciones de solidaridad; pastoral parroquial; apostolados especializados (internet, jóvenes, cursos de espiritualidad, grupos de oración), etc.

La expansión de la Palabra de Dios, la formación en la fe, la oración personal y comunitaria, el estudio y la difusión de la cultura, la gestión de los derechos humanos y el compromiso con las personas a través de la escucha y el compartir sus sentimientos. Este era el carisma que santo Domingo aportó a la Iglesia y el que, los que nos sentimos atraídos por el mismo,tratamos de llevar a cabo con los medios del tiempo y lugar que nos ha correspondido vivir.

Invitamos a todos los que se sientan atraídos por dicho carisma a acompañarnos y formar parte de nuestra Familia Dominicana.

<b>Antonio Jesús Rodríguez Hernández

Vocal de comunicación de Fraternidad laical de

Santo Domingo de Scala Coeli y P. Posadas</b>

Córdoba