La imágenes de personas expulsadas de los lugares en los que habitan son siempre duras. Sean cuales sean las razones de los desahucios, trás ellos hay, en la inmensa mayoría de los casos, gente que no ha encontrado otra opción. Ayer, en Majadahonda (Madrid), conocida por ser un lugar de residencias de lujo, pero que también tiene sus zonas deprimidas, un fuerte dispositivo de seguridad acudió para hacer efectivo el desahucio de 27 familias okupas en las casas rojas. La reacción en las redes fue automática, y muchas personas se acercaron para intentar impedir el desalojo. En estos momentos en los que trasciende un tremendo halo de corrupción desde Madrid, resulta indignante ver cómo se castiga el «delito» de estas familias pobres.