Conseguida la pieza de RTVE, Podemos calla cual zorro en madriguera destripando sus víctimas. Apenas llevan una semana y RNE y los Telediarios atufan desde lejos el olor podemita. Viva la libertad de poder no escucharlas. Es un olor sutil, muy empobrecido por las incorpóreas sugerencias de consejos amigos. Quiero la RTVE. También la Agencia EFE. Puestos a elucubrar no me molesta demasiado el manoseo de las redacciones, ya que todos lo hacen y mi inconsciente lo ha ido anotando cada día. Pero sí me encabrona la pública manifestación de inteligencia de los manipuladores, haciendo pensar que los televidentes y los radiooyentes son medio gilipollas, o mejor, casi enteros.

Una pequeña reflexión para aviso de navegantes: El PP controlando los medios públicos a escala nacional fue obligado a dejar el Gobierno. Podemos, con su particular visión de los medios, se va a tropezar con la Cultura, con la capacidad crítica, con el análisis, con la observación escrupulosa de su trabajo diario, con la crítica constructiva, con la ética y con la madurez de una sociedad que sabe lo que quiere. Al menos el PP no se vanagloriaba de controlar nada. Tiempo al tiempo. Mi insinuación es que lo haga bien. La ciudadanía acaba generando sus propias defensas contra la demagogia.

Quiero la Agencia EFE. La connotación, en el lugar y el tiempo, dice que no para informar sino para opinar. Anda que han dicho dame el control de los emigrantes. Cuanta indecencia, cuanta soberbia, cuanta mentira y... cuanto menosprecio a una ciudadanía que solo quiere vivir en paz, trabajar, salir p’alante... Ahora resulta que una de las aspiraciones de Podemos es ¡controlar a la gente que tanto dice amar! Vivir para ver, que decían mis juiciosas abuelas.

Dame el telediario. Solamente la frase hubiera sido el gran impedimento para no dárselo. ¡Al menos podrías explicar para que lo quiere! Un proyecto, una idea, un desarrollo de temas... ¡No! ¡Dame el telediario!... Y las ganancias vendrán por añadidura.

Espero que Sánchez tenga el ojo avizor y no se deje seducir por los encantos de un paraíso anunciado por mesías demasiado terrenales. Para recolectar sus frutos los salvadores tendrán que arrimarse a los bancos, a Europa, al escenario de una España desigual --sobre todo entre el Norte y el Sur-- a un paro latente de millones de personas, una sanidad colapsada, a un confuso sistema educativo y a un endiablado márketing que todo lo tapa. Amén de pensiones, subida de impuestos, eutanasia, pobreza infantil, emigrantes, agresiones sexuales, memoria histórica... Por cierto que el mucho márketing destapa más que tapa. ¡Ojito!

¿Habrá ojos capaces de ver lo importante... que casi nunca coincide con lo urgente?

¿Quién se preocupa del bien común de todos/as los/las españoles /as? H

* Docente jubilado