Este mes, el BCE ha hecho uso de sus últimos cartuchos para favorecer la reactivación de la economía europea. Entre las medidas, la de dejar el tipo de interés al que presta a los bancos en el 0%. Los expertos se preguntan si ello será suficiente para reactivar la deprimida maquinaria productiva, y consumidores y empresas, si estas excelentes condiciones les beneficiarán en la misma medida. La respuesta es que el dinero gratis no es para todos. Los bancos tienen costes de administración; ingresan recursos por otras fuentes, como los depósitos de clientes; tienen accionistas a los que remunerar; deben provisionar dinero por impagos, etcétera. El negocio bancario es, pues, muy estrecho y la pugna por captar clientes de otras entidades para sacar partido de la agregación puede recrudecer la guerra del crédito. Con todo, no hay que olvidar que cada país tiene unas circunstancias concretas que marcan también los límites de los tipos. Los de España son más altos que los de otros estados de la eurozona porque nuestra economía ofrece más riesgos que otras. Los expertos auguran que poco a poco tendemos a la uniformización. No hay que olvidar, en cualquier caso, que ahora tan importante como que el dinero sea barato es que empresas y particulares encuentren estímulos para pedirlo. La incertidumbre no invita a invertir y los consumidores andan aún liquidando deudas tras la crisis del 2008.