LA Cátedra Intercultural Córdoba Ciudad de Encuentro presentó en junio, en conmemoración del Día Mundial de la Diversidad Cultural, Globalidad y pluralidad cultural , el III Premio Investigación e Innovación para la Interculturalidad . Su objetivo es difundir y propiciar la implantación de políticas de carácter intercultural como un derecho humano inalienable.

Al hilo de la celebración surge lo que podríamos llamar el dilema de la diversidad cultural. Es sabido, que la Comunidad Europea ha hecho una de sus prioridades políticas el promover el diálogo intercultural con el fin de asegurar un mejor entendimiento de las culturas, la cohesión social y la estabilidad sobre la base del principio de aceptación de los otros, con sus diferencias. Así, el Consejo de Europa declaró el Año Europeo del Diálogo Intercultural 08 . Por otra parte, como se afirma en la declaración del Día Mundial de la Diversidad Cultural de este año difundida por la Unesco, "vivimos en la era de los límites --límites de nuestros recursos, límites de nuestro planeta-- y nuestra respuesta debe consistir en liberar el recurso renovable más poderoso con que contamos, la inteligencia y la creatividad humanas". Y, al albur de tantas gratas sensaciones que estaban dejando huellas, justamente entonces, emerge la crisis mundial.

Ha podido más el dinero y se están tambaleando principios y apuestas por los derechos de la ciudadanía, porque quienes podían políticamente haber apostado por una convivencia más humana se han sometido al mercado y la economía neoliberal. Estamos viviendo una crisis sistémica injusta: pobreza, hambre, insolidaridad, que responden más que a un estado de crisis a modelos de estructurar sociedades; como nunca se demandan compromisos para reconocer y difundir al mundo un arduo esfuerzo de personas y colectivos, que con sus aportaciones nos ofrezcan una oportunidad de profundizar en nuestras reflexiones y acciones sobre los valores de la diversidad cultural, nos insten a aprender a "vivir mejor" juntos y fomenten con sus trabajos el intercambio entre las culturas para mejorar la innovación y la creatividad humana desde la inclusión.

La tiranía de la macroeconomía agrede el estado de derecho conquistado por nuestros ancestros y está produciendo una fractura social que subvierte los criterios éticos adoptados por otras instancias sociopolíticas más humanizadas. En palabras de Bergoglio, la búsqueda de la paz social debe estar por encima de las diferencias de ideas, lengua, cultura o religión. Debe denunciarse con claridad y discurso comprometido la globalización de la indiferencia ante el actual sistema económico que nos está llevando a la tragedia, nos está robando la dignidad. Tiende a predominar la llamada cultura del descarte, que arrincona a los necesitados, a las personas dependientes, ancianos y deja sin futuro a los jóvenes. Las raíces del mal están en la codicia y esto nos debe hacer pensar.

Ante estos principios éticos, las sociedades del siglo XXI no pueden concebirse como entidades aisladas, fronterizadas y mono-culturales y la constatación de que este hecho se está imponiendo incluso democráticamente mediante un cierto populismo, nos debe poner alertas del relieve que las tensiones entre las culturas y la convivencia están reviviendo enfrentamientos no tanto ideológicos sino desde la verticalidad, la elite y los de abajo... Contra la fractura social, el diálogo intercultural debe ser una de las prioridades sociopolíticas del momento, y consideramos que la educación es un socio natural y promotor del entendimiento entre comunidades diversas.

Cualquier impulso que sensibilice y lleve a la no inhibición y a la pro-actividad es hoy necesario y bien recibido. Y, a pequeña escala, esta simple convocatoria del Premio Intercultural va consolidando su funcionalidad prioritaria, el respeto y fomento de la diversidad y el diálogo intercultural. Cada día es más evidente que el derecho a la diversidad y el diálogo intercultural requieren sensibilidad, esfuerzo, investigación y compromiso renovados.

* Director Cátedra Intercultural