Los distintos gobiernos municipales siempre han actuado bajo lo que la ley les hace responsables, y esto no llega a más que las competencias en sanidad para perros y gatos vagabundos. Si contamos con el dinero público que ha sido dilapidado en Tauromaquia en la provincia y la capital las cantidades se hacen indecentes. Más de 10 millones de euros en lo que llevamos de gobierno del PP. Por el contrario, muy poca subvención o ninguna se conceden a proyectos de bienestar animal bajo su competencia.

La empresa municipal SADECO, según la memoria del 2012, sacrificó 2.494 animales. El gasto para los ciudadanos fue de más de medio millón de euros. Pero el sacrificio de animales no es una cuestión de bienestar animal. El verdadero problema es la falta de control sobre el bienestar de los animales que residen. Existe un convenio de colaboración con protectoras para que puedan beneficiarse de mejores precios a la hora de las adopciones pero a condición de que no denuncien ningún caso irregular. Las necesidades en el bienestar de un perro o de un gato son las mismas, independientemente de que estos animales se encuentren en un refugio, en una casa o tengan vida libre.

Las protectoras de animales se financian con donaciones de particulares y el trabajo de voluntarios. Muchas de ellas no tienen medios y el tiempo y dedicación es muy superior al de los lazaretos municipales. Incluso, ante la falta de instalaciones, optan por el sistema llamado de acogida. La ley obliga a mantener a los animales en condiciones sanitarias obligatorias y esterilizados, lo que no cumple la empresa municipal para los animales que dan en adopción. La ley también las representa como colaboradores necesarios pero los municipios no cuentan con ellas.

A un zoo pequeño y sin posibilidad de expansión debería asistirle la razón de la ciencia del bienestar animal en la que el espacio como fórmula para el enriquecimiento ambiental en muchas especies animales que alberga es una necesidad. El mayor ejemplo lo tenemos en Flavia, la elefanta, pero hay otros muchos. Visitas nocturnas al zoo o bendecir perros y gatos a las puertas del mismo son las medidas de bienestar del concejal de medio ambiente urbano.

En definitiva, si queremos animales tenemos una responsabilidad con ellos: atender sus necesidades de bienestar que son las calificadas como las "5 libertades", aplicables a todos los animales en cualquier circunstancia.

Además, como sociedad debemos pedir a las administraciones locales que se impliquen en ello porque se ahorrará dinero público, se fomentará empleo estable y se enriquecerá la ciudad.

La Fundación Equo ha organizado en su Uni Verde de Verano bajo el lema "La ciudad que queremos" un taller sobre Políticas de protección animal en los ayuntamientos: ¿realidad o ficción? Equo debate desde sus inicios y mantiene constantemente posturas a favor de la abolición del uso de animales en fiestas y festejos populares y la prohibición de políticas municipales que subvencionan dichas actividades. Los animales necesitan estas políticas de bienestar y protección y tenemos que estar con quienes están dispuestos a garantizarlas.

Como colofón al mes de septiembre, la Asociación Parlamentaria para la Defensa de los Animales ha organizado las II Jornadas Parlamentarias de Protección Animal bajo el título Violencia de especie: estrategias educativas para una cultura de paz sin discriminación . Esta vez abordará la violencia hacia los animales como síntoma de alarma social y la necesidad de incidir en la educación de los menores.

* Veterinario, etólogo y especialista en bienestar animal. Miembro de AVATMA y de EQUO