En vísperas de la nueva campaña de la renta, los datos del cierre del año 2016 muestran un incremento de la recaudación tributaria en Córdoba por tercer ejercicio consecutivo, pero, una vez más, nuestra provincia ofrece distorsiones respecto de las medias andaluza y nacional, distorsiones que expresan los desequilibrios en la salida de la crisis, y que reflejan la escasa creación de empleo y las bajas rentas de los asalariados. Con las cifras difundidas por la Agencia Tributaria, y según la opinión de los expertos, la provincia de Córdoba aportó el año pasado 716 millones de euros al erario público, con un incremento del 4% similar al de Andalucía, pero mientras en todas las provincias andaluzas (salvo Almería) crece la recaudación por el IRPF, en Córdoba la subida se apuntala en el Impuesto de Sociedades --por el cambio normativo-- y en el IVA, mientras el IRPF se reduce un 1,5%. Esta caída, que se corresponde con la continuada bajada de ingresos de los trabajadores por cuenta ajena, habla de un empleo débil e inestable, mientras que el alza del IVA, atribuible al gasto turístico (pero también al mayor consumo de los hogares y al afloramiento de ingresos ocultos) es la que eleva la aportación a Hacienda, aunque sometida a variables poco sólidas. Los datos fiscales muestran de nuevo la debilidad estructural de la economía de Córdoba y la urgencia de creación de tejido empresarial productivo que aporte puestos de trabajo estables.