Un grupo de intelectuales socialdemócratas junto a libre pensadores se han constituido como consejo asesor del Instituto Deliberar, de reciente creación, con el fin primordial de fomentar una serie de análisis rigurosos y de someter al razonamiento público aquellas cuestiones básicas que nos afectan como ciudadanos activos y críticos.

Se trata de en primer lugar de intentar fortalecer la democracia española a través de una serie de conversaciones y puestas en común de pensadores y escritores comprometidos, aquellos que comparten una firme tradición socio liberal que se posicionan contra la radicalización de las opiniones intolerantes.

En una búsqueda conjunta de respuestas complejas en el mundo global en el que vivimos contra todas las falsedades que se generan a partir de rumores, prejuicios y fantasías en los medios de comunicación.

Este nuevo espacio de deliberación, que no de debate, que se abre impulsado por la Fundación Iatros, se plantea estudiar, consultar y reflexionar de manera abierta y transparente una serie de temas que nos preocupan hoy.

El primero de los encuentros se ha producido entre el filósofo Fernando Savater y el Nobel de literatura Mario Vargas LLosa, uno defendiendo los postulados del socialismo democrático y el segundo los del liberalismo progresista, dirimiendo lo mucho que tienen en común ambas posiciones y a la vez aquello que las diferencia. Ser socialistas a fuerza de ser liberales y viceversa.

Se constituyen como un centro de deliberación de los demócratas y se proponen difundir una revista de divulgación donde sean posibles este tipo de diálogos , del que quedan excluidos aquellos demagogos y sectarios ya que ellos mismos se excluyen de la racionalidad compartida.

Se trata de evitar a toda costa que los fanatismos bloqueen actitudes abiertas, críticas y sensibles a los argumentos ajenos, y por otra parte contrarrestar la deshonestidad intelectual y las post verdades interesadas en negar o falsear la realidad.

Frente a la irracionalidad demagógica y los sectarismos pasionales, los liberales y los socialdemócratas piensan que lo más sensato es el deber de deliberar desde el contraste sin hostilidad, la armonía de lo diverso y la virtud cotidiana de la tolerancia entre personas con sistemas de valores y opiniones distintas.

Abogan por una democracia deliberativa como profundización en el siglo XXl de la participación ciudadana, que es un modelo por el que los gobernantes deben justificar cada una de las decisiones que tomen porque tendrán que hacerlo con el beneplácito de los gobernados ante los que están obligados democráticamente a rendir cuentas y a dar razones. Gracias a esté proceso se va formando la voluntad democrática en una democracia decente, a través de una deliberación pública de las ventajas e inconvenientes de las distintas alternativas planteadas a las cuestiones que nos afectan como ciudadanos interesados por la cosa pública.

Una democracia deliberativa es aquella que se aleja de cualquier atisbo de autoritarismo, tiranía, dictadura, totalitarismo o paternalismo, al defender los deliberacionistas que mediante el diálogo democrático se puede legitimar mejor que las decisiones tomadas sean aceptadas, dado que los que hemos participado en los acuerdos ha sido buscando el bien común para una mayoría social. En este paradigma de democracia, somos los ciudadanos los que debemos asumir de manera seria que somos corresponsables de la actividad política si participamos activamente en las cuestiones públicas, recordándoles a los gobernantes que el objetivo último de su tarea es el bien común ciudadano.

* Profesor