En estos momentos en los que todo parece precipitarse hacia una convocatoria de un referéndum inaceptable, o lo que sería peor, hacia una declaración unilateral de independencia, es muy conveniente sumar fuerzas.

Lo urgente ahora es parar el golpe y defender la ley y la convivencia. Después habrá que seguir con el diálogo, no solo político sino cultural y social, para que el conjunto de la sociedad catalana se encuentre serenamente reconocida dentro de la realidad de España.