Acorralado por unas protestas que no esperaba, ha dado marcha atrás en la nueva regulación de la Seguridad Social en Nicaragua, pero la represión continuaba ayer en su país a cargo no solo de las fuerzas oficiales, sino de grupos paramilitares. Más de 27 muertes, un centenar de desaparecidos y una tensión que no se reduce dan cuenta de la «sinceridad» de su oferta de diálogo.