... Un sentimiento y nada más, solo eso, lo verdadero, lo que en el paso del tiempo no se borra, no se olvida, lo que se tiene presente cuando es sentido y tiene un fundamento trascendental en nuestra persona y nuestra forma de ser. Se le llama amistad verdadera, porque una vez aceptada esa amistad y nuestro ser, se encuentra ampliamente reconfortado al oír esa comunicación de la otra persona, hace que dentro de nuestra forma de sentir y de pensar, esa comunicación nos lleva a esa amistad que nos da la paz y nos acerca hacia esa otra persona.

Te hemos escuchado... Te hemos oído, amigo, tus palabras nos llevaron a un mundo nuevo que no conocíamos, un mundo difícil de comprender..., pero con tus palabras, tus razonamientos, tu autenticidad, nos pusiste lo real fácil de comprender y de asimilar. Gracias.

«Buenos días amigo del Cante»… Te decimos buenos días, porque para nosotros, siempre será amanecer en tus lecciones de Cante, con las que aprendimos a distinguir y a apartar lo verdadero de lo que no lo es. No solo fueron lecciones de cante, ya que en ellas existía algo más que la expresión de la persona que lo canta o que lo cuenta. Con aquellas lecciones, nos dabas a conocer el porqué de estas formas de expresar los sentimientos, los amores, las quejas, los momentos buenos y los malos, la forma de vivir de nuestra sociedad, porque en ellas se llegaba a conocer nuestra verdadera entidad como personas que conviven y son la verdadera existencia de nuestra humanidad.

Querido maestro, este alumno que siempre ha asistido a tus clases, que siempre te ha escuchado y que después de escucharte ha analizado y comprobado tu autenticidad, no encuentra otra manera de agradecerte tus desvelos para que estos mensajes cayeran en buena tierra.

Gracias D. Agustín Gómez, me hago voz de muchos alumnos tuyos que con estas letras queremos decirte..., por siempre, vaya... «Buenas tardes, amigo del cante».

<b>Rafael Gutiérrez Bancalero

Alumno de la Cátedra de Flamencología</b>

Córdoba