El sacerdote Francisco Baena Calvo deja su ministerio parroquial de la iglesia de la Asunción de Palma del Río. Apenas cuatro años entre nosotros y el obispo de la diócesis, monseñor Demetrio Fernández, le pide el enésimo traslado, en esta ocasión a Córdoba capital, de donde vino y a donde regresa para servir a la Iglesia y obedecer a su prelado en los designios que no alcanzamos a comprender. Se va quien llegó sencillo y eclesial, servidor y trabajador por estas fechas de septiembre mariano con nombre propio, Virgen de Belén.

El cura Francisco ha destacado desde el principio por unas características que le definen: eclesial y serio, impregnado por las nuevas tecnologías y escritor de reflexiones sobre el hombre y la mujer contemporáneos. Un equilibrio de pastor donde ha puesto su sello de párroco guía espiritual, alejado de camarillas, de grupúsculos de poder, manteniendo la independencia y el respeto institucional, muy especialmente con el Ayuntamiento de Palma del Río. Le honra su disponibilidad permanente y cercanía, y a veces, te suelta una cariñosa amonestación en el cumplimiento de los sacramentos.

Su pasión por las nuevas tecnologías y los medios de comunicación le llevan a proponer nuevos métodos de propagación evangélica por las autopistas delicadas de las redes sociales, blogs, programas de radio en internet, documentales, vídeos de naturaleza muy diversa como homilías, patrimonio histórico artístico de Palma y otros lugares. Un uso inteligente del poder de la comunicación.

Y escritor. Francisco Baena, articulista de diario CORDOBA, autor de libros de poesías, reflexiones, lecturas evangélicas, testimonios... En su paso por el valle del Guadalquivir nos deja obras como Mirada nueva, Esparcir tu fragancia o Seducidos por el camino que revelan un alma de escritor con fervientes deseos de comunicar. Adiós, compañero de estudios y proyectos para Palma. Desde 1986 la Iglesia tiene reservado para ti un lugar entre los elegidos.

* Historiador