La Semana Santa es una cosa muy bonita y que queda taco de bien como fondo de imagen en las fotos selfies , esas fotos que uno se hace para que todos se enteren que es capaz de hacerse fotos; aunque la verdad es que casi siempre se sale con cara de carajote, lo que en muchos casos tampoco es difícil de conseguir. Pero, además de esas fotos, es que donde esté un cristo o una virgen en un paso de Semana Santa, ¡que se quite todo lo demás! Esto lo saben muy bien nuestros políticos y hasta nuestros famosetes; por eso, aunque el resto del año apenas los veamos por la calle, y cuando la pisan lo hacen con aviso de fotógrafo, sin embargo en estos días es fácil encontrárselos en lugares de mucha bulla, con la alegría que eso nos supone. Y los vemos hasta dentro de las iglesias y los templos, delante de las imágenes junto a prebostes de la hermandad que, de esta manera, también reciben sus bañitos de famoserío. Y es que la Semana Santa es también un fenómeno muy democrático, porque da igual lo que se piense o se deje de pensar, y hasta que uno sea muy progresista y se pase el resto del año cachondeándose de la fe cristiana. Se admite todo. Y además está lo del turismo..., y en esto no sé yo si quizás con el tiempo, a lo mejor, sería cosa de cambiar el final de la historia. Porque hay guiris que ponen caritas muy raras ante algunas desagradables imágenes... Y es que lo de la crucifixión no queda como muy "fashion", la verdad. En fin, todo sea cosa de dialogarlo en su momento. Aunque seguro que habrá gente inmovilista que se oponga a cualquier cambio. Y eso sería un error, porque lo verdaderamente importante de la Semana Santa no es lo religioso, sino el evento sociocultural que en el fondo representa: algo que apenas sabría yo explicar, pero que es una cosa muy bonita.

Miguel Angel Loma Pérez

Sevilla