España pone muchas "primeras piedras" pero rara vez pone la última. Nos hicimos cómplices con el consejero cuando sacaba el tarjetero sin mirar la cuenta; es la corrupción del langostino, el cortador de jamón, la copa de vino español. Ella, alcaldesa, lanzó la soflama en la inauguración con la lengua trabada por la jumera, pues invirtió el orden del día, y empezó levantando las copas antes de izar el farol. Esta costumbre hispana se potenció con la democracia, pues hay que secar la bodega antes de que venga el otro y se la beba.

Para que Córdoba sea ciudad del conocimiento se deben mostrar sus agujeros negros, pues para curar la llaga primero hay que descubrirla. En un estado democrático, el ciudadano tiene el deber de denunciar y para el emérito debe ser exigencia, pues más sabe el loco en su casa que el cuerdo en la ajena, y si es viejo, mucho más.

Córdoba es extremadamente celosa de sus vergüenzas. Ilustres cordobeses confiesan "en privado" que no pudieron denunciar abusos en los años 80-90-2000-, hasta el 15, por temor a las iras de los poderes fácticos: oligarquía, intereses plutocráticos, Iglesia, banca, centrales sindicales o los mass media. Otras ciudades, en cambio, los airean, hacen catarsis y buscan la enmienda. Las "Carocas" (s.XVII), en las fiestas de Granada, son quintillas (cinco versos con rima asonante) satíricas que hacen los ciudadanos, denunciando lo que les ha picado durante el año. Prestigiosos pintores las ilustran en cartelones, con caricaturas de los aludidos, y se exponen en la plaza Bib-Rambla, para regocijo de paisanos y extraños. A su imagen, en la revista de los HH. Maristas teníamos una sección --"Pluma en Ristre"-- para que criticáramos y en la Facultad algunos profesores (Dr. Peláez) nos ponían unos ejercicios para que opináramos de cosas médicas ajenas al programa y luego los leíamos en público. Encajó mi burla sobre los congresos médicos y me dio sobresaliente. Este aprendizaje me familiarizó con el análisis crítico que tanto me ha ayudado para sentirme libre y sanar la gangrena cuando este mundo se pone espeso. La ironía es una forma amable de decir la verdad sin necesidad del exabrupto o, quizás, según Benavente, "una tristeza que no puede llorar y sonríe".

La injusticia duele, se encapsula y no se funde. Enrique Rojas, en el club siglo XXI, dijo (13/Abril/15) que un punto para obtener la felicidad es olvidar los malos recuerdos. Mas, dicho así, induce a engaño o a utopía, pues hay emociones que no se pueden y otras no se deben olvidar. Si olvidamos la resaca ¿de dónde sacaremos energía para evitar la próxima borrachera? El olvido no es necesario para vivir, al contrario, es una trampa que te tiende el enemigo que llevamos dentro, para empujar al abismo, a la reincidencia. Con las drogas es dramático y evidente: te borra el dolor que provocan y solo recuerdas la euforia y- vuelta a consumir. La forma de vencer esa energía negativa es transformarla en positiva sin perderla de vista: sublimar el pánico del Titanic haciendo el concierto y cantar a la Pasión con la saeta. Mirarte al espejo, sin autocompasión, es fuente de sabiduría y conocimiento; de inspiración para pintar un cuadro o escribir un cuento como hace Rafael Mir Jordano, genio.

Cuando olvidas las trampas que te pusieron es señal de que te estás haciendo viejo, que has perdido la energía que apresta a la competición. Pedro Salinas podría haberlo dicho mejor: ¡Que no se acabe el dolor que te tengo, que entonces es cuando te pierdo!

Yo tengo rencor, y lo alimento, con él me siento caminando, participe, no orillado en la cuneta. ¿Que no es sano? Me gusta el mar encrespado, me aterra la tibieza del lago. La Junta de Gobierno de esta Universidad despreció mi pretensión de que a mi departamento médico de Farmacología no lo asociaran con el de Veterinaria y sí con uno del Reina Sofía. "Los médicos curan la tuberculosis con medicamentos", dijo un veterinario, "nosotros a la vaca tuberculosa le damos un tiro". Tampoco lo oyeron. Y por votación secreta nos mandaron a por la metralleta. La condena de la vaca estaba sórdidamente decretada. "La Universidad es una de las instituciones más corruptas del conjunto institucional español" (Félix Azúa) ¿firman las actas de los alumnos de medicina, y viceversa, los mata-vacas? Se negocia. Treinta años hace que ambos departamentos están fundidos, aniquilados. En él jamás se hizo ciencia ni se habló de las pateras del estrecho.

En mi "Caroca", este mayo, pido indulto para la vaca y al rector que revise los departamentos. Las dedicaciones exclusivas deben ser un premio a la productividad (sesenios) y no para los que nos arrastran a la menor calificación de todo el conjunto europeo. Algunos profesores, esos sí, salvaron su dignidad personal actuando como francotiradores.

El voto secreto es la herramienta para preservar la libertad de opinión en un medio donde exista como norma la venganza y la intransigencia. En la Universidad es forma de gobierno que ampara y engorda las mafias departamentales. La antinomia de su esencia.

* Catedrático emérito de la UCO