Con este mismo título, desde el pasado lunes y hasta mañana se celebran en Córdoba unas jornadas centradas en la figura y obra del padre del Quijote, cuyo cuarto centenario de su muerte se quiere conmemorar con ello. Este alto encuentro intelectual --que además está resultando ameno, porque una cosa no quita la otra--, trata de rastrear la huella de Miguel de Cervantes en la ciudad, que al parecer, según los expertos, es mucha, aunque físicamente solo haya un par de azulejos que la recuerdan, uno situado en la Puerta Osario y otro en la plaza del Potro, tal como lamentó en su presentación el director de las jornadas, Manuel García Parody. Algo que no es de extrañar en una Córdoba que nunca ha sido especialmente dada a fijar el recuerdo de sus glorias, ni las propias ni mucho menos las de adopción, aunque estas hayan dejado escrito su nombre en oro para la eternidad literaria.

En tal sentido, causa sorpresa, y hasta cierta ternura, enterarnos de que el escritor que dio vida al Ingenioso Hidalgo, que llegó a Córdoba con seis años y se asentó junto a su familia en la plaza del Potro, presumía de raíces cordobesas a pesar de haber nacido en Alcalá de Henares, hasta el punto de que, en palabras del citado historiador, en un pleito celebrado en Sevilla en 1593 declaró ser natural de Córdoba, quizá por lealtad a su familia, que sí que era de esta tierra, o a su infancia, que a fin de cuentas es la patria de todo hombre o mujer. La anécdota recuerda otro caso de cordobesismo postizo --del que como en la anécdota de Cervantes deberíamos enorgullecernos-- mucho más conocido: el de Antonio Gala, un cordobés ejerciente tanto en las letras como en la vida venido al mundo en la localidad de Brazatortas, en Ciudad Real.

Pero decía antes que la única huella física de Cervantes en Córdoba es ese par de azulejos y no es del todo cierto, puesto que cualquier estudioso puede hallarla, menos tangible, eso sí, en el Boletín de nuestra Real Academia, una de las instituciones colaboradoras del evento junto al Ayuntamiento de Baena, que ha prestado para una exposición en la sala Cajasur Gran Capitán fondos de su museo cervantino, la Filmoteca y la Escuela de Arte Dramático. La última sesión de estas jornadas, que organiza la Universidad a Distancia (UNED) con el patrocinio de la Diputación, la Junta de Andalucía y Cajasur, dará cuenta mañana de la constante presencia del escritor en la investigación académica. El director, Joaquín Criado, y la secretaria, María José Porro, informarán de ella. Antes, Luis Alberto de Cuenca y Pablo García Casado disertarán hoy sobre la poesía de Cervantes, el genio de la literatura que quiso ser cordobés.