Entre reacciones lamentables, comparecencias espantosas y el continuo saqueo institucional, leo que los directores de la Fundación Antonio Gala y la Fundación Tres Culturas han firmado un convenio. José María Gala y José Manuel Cervera se han comprometido a que Tres Culturas beque a una creadora o creador marroquí durante el próximo curso. Así, es seguro que un chico o chica marroquí de entre 18 y 25 años convivirá con los demás artistas, ya sea de poesía, teatro, novela, escultura, pintura, música o cualquier otra disciplina: la vida, en suma, o lo que merece la pena. Creo en la Fundación Gala, de la que han salido escritores tan buenos como el dramaturgo Antonio Rojano o el poeta Ben Clark. Creo en la Fundación Tres Culturas, por lo que representa. Y creo en la juventud. Creo en los jóvenes creadores. Y creo especialmente en la juventud artística del norte de África: de Marruecos, sí, pero también de Túnez y de Argelia, donde la cultura no es solamente una plenitud del espíritu, sino una puerta abierta hacia una atmósfera de transformación social, igualdad jurídica entre hombres y mujeres, libertad de expresión y sexual o desarrollo vital, y de derecho, para las mujeres, desde la libertad individual. No se asiste a un concierto de música electrónica de la misma manera en un club de París que en Argel o en Orán: no es que se baile, sino que se libera la pasión de sentir que una generación viene exigiendo paso y reclamando su identidad y libertad entre iguales. Igual con la poesía. Claro que hay integrismo, también entre los jóvenes: pero qué sociedad está libre de intransigencia, estupidez y corrupción. La nuestra, desde luego, no. «Colaborar y organizar actividades conjuntas para la promoción de los valores y prácticas artísticas y el entendimiento mutuo, la amistad y relaciones de cooperación», se dice en el convenio. Sí: la puerta que no pueda abrirse con cultura continuará sellada. Por eso creo en esto. Creo con todas mis fuerzas.

* Escritor