Hoy se inaugura en Córdoba el congreso internacional Medina Azahara y las ciudades islámicas patrimonio mundial , que se celebrará en la ciudad califal hasta el próximo sábado. Este congreso, en el que participarán 22 prestigiosos expertos en patrimonio mundial y que será inaugurado por la consejera de Cultura, Rosa Aguilar, es una de las grandes apuestas de la Junta de Andalucía para situar el conjunto arqueológico cordobés en primera línea de salida para que España haga suya su candidatura el próximo mes de marzo y la presente luego en el 2017 ante la Unesco, lo que podría acabar con su declaración como Patrimonio Mundial en el 2018, si todo sale bien. Entre los ponentes de este congreso se encuentran representantes e investigadores de ciudades islámicas que ya son Patrimonio Mundial, como Anjar (Líbano), Qusayr Amra (Jordania), Samarra (Irak) y Qal'a des Beni Hammad (Argelia). Durante los días 10, 11, 12 y 13 de febrero se va a desarrollar un programa que cuenta con 20 actividades, entre conferencias y visitas, que buscan destacar la excepcionalidad y universalidad de valores patrimoniales de la ciudad califal en su camino hacia la declaración de Patrimonio Mundial.

La carrera del conjunto arqueológico de Medina Azahara hacia su declaración como Patrimonio Mundial se inició el 18 de noviembre del 2014 en Teguise (Lanzarote), cuando el Consejo de Patrimonio Histórico Español aprobó por unanimidad su inclusión en la Lista Indicativa del Patrimonio Mundial, junto al Pórtico de Ripoll, el Sitio del Retiro y del Prado de Madrid y los bosques de hayedo. El Consejo valoró especialmente el hecho, según la Junta, de que "se trata de un ejemplo arquitectónico y urbanístico excepcional de un periodo histórico, el siglo X, todavía sin representación en la Lista de Patrimonio Mundial" y que "es un caso ejemplar de integración entre urbe y paisaje" que conserva "unos valores paisajísticos escasamente alterados".

UN MITO LITERARIO La Junta, además, destacó en su momento que "la violenta destrucción de la ciudad en el momento de su máximo esplendor, y su posterior ocultación, transformaron a Medina Azahara en un mito, en un legado cultural inmaterial con amplia repercusión en la literatura árabe, como una suerte de paraíso perdido", un caso similar al de Troya.

Junto al gran valor patrimonial de Medina Azahara, su candidatura cuenta, además, con un extraordinario consenso político, ya que todas las instituciones la apoyan, desde el Ayuntamiento --que la impulsó con una moción conjunta--, hasta la Diputación, la Junta y el propio Gobierno central, representado en el Consejo de Patrimonio Histórico. Ahora, con este congreso internacional que se inicia hoy, la Junta quiere ponerle el broche cultural de prestigio a la candidatura para lanzarla definitivamente a su declaración como Patrimonio Mundial.