No sé cuánto cobran, pero a mi parecer es un trabajo pagado en buena parte con el estrés que sufren, tanto como decir a costa de la salud. Se trabaja para vivir, no se vive para trabajar. Es una máxima irrefutable de la Seguridad, Higiene y Ergonomía en el Trabajo. En Córdoba los autobuses son enormes y circulan por cantidad de calles estrechas de uno o dos carriles aunque a algunas se les llame avenidas. Se producen casos en que se invaden las aceras con el morro o el trasero. Salvan vehículos parados en doble fila, motoristas y turismos que se meten delante y paran en seco ante el semáforo inmediato. Peatones que cruzan por donde les parece. Los conductores deben estar atentos a las paradas por si hay usuarios que quieran subir, inclinar el bicharraco para que accedan cómodamente, cobrar en metálico y devolver cambio, vigilar que nadie se cuele por la puerta de salida, poner de nuevo horizontal su vehículo y arrancar.

Tírate así toda la jornada cumpliendo el horario. No me sorprende que hubiese problemas cuando la Feria de Mayo.

Estos macrobuses debieran emplearse en Córdoba solo en líneas periféricas, de circunvalación, de trazados desahogados. Los demás tendrían que ser microbuses. Eso sí, de los que dejan a su paso olor a patatas fritas.