Nos levantamos el sábado por la mañana y después del desayuno mi madre nos preguntó: ¿Qué vamos a hacer hoy? Entonces empezamos a pensar en sitios dónde pasar un sábado en familia. Quizá podamos ir al teatro,pero no hay obras infantiles; quizá a una exposición, pero no hay de niños; quizá haya algo por la ciudad un tanto divertido, pero no. Bueno, vamos a comer a un restaurante. Antes de ir, nos dimos cuenta de que la semana pasada, en un restaurante, mi hermano de cinco años no tenía una silla adaptada, y no paraba de correr y revolcarse en el suelo. La mesas de alrededor nos miraban e incluso nos llamaron la atención. ¡Es un niño! Y no tiene un sitio para jugar. También tenemos la opción de ir al parque. Pero rápidamente pensamos en el mal estado que tienen todos: columpios rotos, colillas en el suelo cacas de perro... Al final nos quedamos en casa.

Entonces yo pensé que en mi ciudad no se ofrecen «atracciones» para ir en familia; ni exposiciones, ni espectáculos ni otros sitios donde divertirse. Los restaurantes no están preparados para ir con niños pequeños, no tienen espacios habilitados para ellos donde se puedan divertir, y a la vez los mayores tranquilizarse. Y los parques están en tan mal estado que es un peligro ir. Así que quiero pedir desde aquí al Ayuntamiento que ofrezca atracciones para toda la familia para pasar un divertido tiempo libre todos juntos.