Como alcaldesa de Córdoba quiero, a través de esta tribuna que me brinda el Diario CÓRDOBA, aprovechar la ocasión para felicitarnos por la Ciudad de la Justicia, que hoy se inaugura y que ha convertido en realidad el sueño de toda una ciudad.

Pocas veces en la vida, un representante público tendrá el privilegio de vivir un momento como el que hoy me toca a mí, asistiendo a la inauguración de este equipamiento, en cuya génesis tuve el honor de trabajar, entonces desde mi responsabilidad como delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Córdoba.

Estamos ante la única infraestructura judicial que se ha podido construir en esta década de dura crisis económica.

Cuando aquel 8 de octubre de 2014 colocamos la primera piedra de esta Ciudad de la Justicia, tuve el íntimo convencimiento de que sería la magnífica realidad que esta mañana vamos a inaugurar y que no se quedaría por el camino como tantas otras obras.

Córdoba necesitaba un equipamiento de estas características y por eso quiero agradecer la apuesta decidida, realizada por la Junta de Andalucía, por acabar con unas instalaciones judiciales impropias para una ciudad como la nuestra, diseminadas en nueve sedes anticuadas y muy alejadas de lo que la ciudadanía espera de una Justicia del Siglo XXI, y dotarnos de esta magnífica realidad.

Pero es que además esta Ciudad de la Justicia supone mucho, no solo para una moderna y eficaz administración judicial, sino también para la transformación de su entorno urbano más inmediato y de toda la ciudad. Por eso hoy es un día grande para Córdoba.

En este proyecto ha quedado de manifiesto lo importante que puede llegar a ser la colaboración público-privada, ya que en lo más duro de la crisis hemos sido capaces de sacar adelante esta Ciudad de la Justicia, que de ahora en adelante hace esta ciudad más acorde con su realidad.

Quiero tener un recuerdo en estas palabras para quienes fueron fundamentales en la génesis del proyecto: Cajasur, que finalmente creyó en el mismo y desbloqueó el gravísimo problema de la financiación, que a punto estuvo con dar al traste con él antes de nacer; el Ayuntamiento, entonces presidido por mi antecesor, José Antonio Nieto, que tuvo la altura de miras de poner toda su maquinaria urbanística en marcha, para evitar que esta ciudad de la justicia encallara en su fase inicial, y por supuesto a la Junta de Andalucía, que a pesar de todas las dificultades económicas del momento, ha apostado hasta el final por esta realidad.

En nombre de todas las cordobesas y cordobeses quiero trasladar los mejores deseos para quienes, desde hoy, tendrán la altísima responsabilidad de administrar justicia desde estas dependencias y lo hago recordando que como decía Alexander Hamilton, «el primer deber de la sociedad es la justicia». Pues bien, con este equipamiento la sociedad ha puesto en manos de quienes tienen la responsabilidad de administrarla, los mejores medios para ello.

* Alcaldesa de Córdoba