Los agricultores del Valle del Guadalquivir se han reunido en Palma del Río para compartir conocimiento sobre la citricultura. La fundación Savia, el Ifapa, la Administración, los ayuntamientos y una generación de agricultores con deseos de renovación y aprendizaje del sector citricola han profundizado en las mejoras de la explotación y producción de las muchas variedades de naranjas.

La agricultura ha dejado de mirar al cielo y trabaja a destajo. Hoy es necesario formarse en las nuevas técnicas de plantación de frutales, regadío, tratamiento de enfermedades, técnicas de poda, introducción de nuevas variedades, nuevos sistemas mecánicos de recolección, aumento de la producción, generación de empleo, ampliación de los tiempos de producción y recogida y un bagaje de información que darán calidad al consumidor y riqueza a nuestros pueblos.

Muchos jóvenes estudiantes de agricultura y técnicos cualificados se han reunido para compartir experiencias, dar a conocer investigaciones de universidades españolas, europeas y americanas en el desarrollo de métodos avanzados para hacer más viables y rentables la citricultura que se encamina por la agroindustria donde Palma del Río ha dado pasos de gigantes. Francisco Casero prosigue en su labor divulgativa de la agricultura ecológica y los técnicos del Ifapa se desviven por atender al sector en el campo de la investigación.

Jornadas como ésta evidencian el alto nivel de los profesionales de la ciencia agrónoma y de la vocación de servicio que inspira a la universidad y la administración. Esta cohesión de intereses hacen posible que se benefien todos, llegando los resultados al consumidor. Enhorabuena. Hay una historia detrás de la naranja, hay un presente en una producción que crece y exporta , y un futuro que genera empleo y riqueza. No soñemos, trabajemos.

* Historiador y periodista