Quiso la casualidad que Paco Ibáñez cantase en el Teatro de la Maestranza de Sevilla el 20-N, el día de su 80 cumpleaños y la misma noche en la que la Duquesa de Alba estaba de cuerpo presente en el salón regio del ayuntamiento hispalense. Esa misma noche se representaba en el Teatro Lope de Vega el Tenorio, siempre vuelve por noviembre, y en el Teatro de Maestranza se aguardaba el estreno de Don Giovanni, con la reaparición del barítono Carlos Alvarez en el papel del disoluto sevillano. No acaban aquí las coincidencias, todo esto sucedía a horas de que Isabel Pantoja ingresase en la prisión de Alcalá de Guadaría en las primeras horas del día 21; pero aún hay más. En la madrugada del velatorio de la duquesa y la vigilia de La Pantoja antes de profesar en la hermandad del presidio, ocurría un suceso extraño en fondo y forma, y tal vez no tan casual como los anteriores: el cierre por orden gubernativa de La Carbonería. Para quien no lo sepa, es La Carbonería un bar donde la tertulia, la poesía y todas las artes encuentran acomodo, también todas las lenguas y todas las gentes, y así viene siendo desde hace 40 años. Fue el lugar elegido por los amigos de Paco Ibañez, entre otros el ex juez Garzón, venidos de diferentes lugares de las Españas y el extranjero, Francia e Italia principalmente, para celebrar su cumpleaños después del concierto. Y fue allí donde llegaron los municipales con la orden de cierre pasadas las dos de la madrugada. Una vez más, fue en Sevilla, tal vez casualidades como estas solo puedan darse allí.

* Periodista