Quizás el título sea desproporcionado pero si con ello llamo la atención del gerente de esta empresa pública me doy por satisfecho. Con dicho título quiero dar a conocer las enormes dificultades que tenemos los habitantes del casco histórico para conciliar el sueño debido entre otras causas a las labores de limpieza, saneamientos y baldeo. El caso es que, en cierto modo, el horario de recogida de basuras en el casco histórico es, si no sádico, cuando menos irracional. Cuando algún turista me pregunta qué tapas hay en Córdoba, yo le respondo que hay tres, la amarilla, la verde y la otra, que son precisamente las de los contenedores de basura. El horario del insomnio comienza con el primer camión de recogida a eso de las 10.30 horas, el segundo a las 11.30 y el tercero a media noche. Cada camión se encarga de recoger un tipo de contenedor. Más tarde, a eso de las 2 de la madrugada, pasan los regadores con su tono jocoso: ¡agua va!, finalizando a las 5 de la mañana con la recogida de papeleras. Esta última labor es desempeñada por un operario en un camión con las puertas sueltas que golpean una y otra vez contra la carrocería, aumentando el desagradable ruido con el suelo empedrado con adoquines que hace que todo el vehículo tiemble. A todo esto les podríamos añadir alguna moto esporádica con su ametrallador tubo de escape y alguna alcantarilla suelta. Teniendo en cuenta las características de los edificios de esta zona de la ciudad de un máximo de 2 plantas y la costumbre de abrir los balcones en verano para combatir el calor el resultado son unas ojeras que ríase usted de la cara del Ecce homo de Borja. Es por todo ello por lo que pido a quien corresponda que intenten paliar estos contratiempos en la medida de lo posible. Por un lado que fijen bien las alcantarillas, por otro que solucionen el excesivo ruido de las motos y, en tercer lugar, que es lo que nos ocupa, que racionalicen la recogida de basuras por ejemplo circulando los camiones en convoy llevando a cabo la recogida primero en el casco histórico y después, en las zonas nuevas de la ciudad donde el impacto acústico es menor.

Juan Salvador Gómez

Moreno-Laguna

Córdoba