Soy un cordobés de 93 años que acude a menudo al cementerio de San Rafael porque allí está enterrada mi madre y tengo por costumbre dar tributo a su recuerdo.

Cuando acudo, me horroriza encontrar en la puerta de un sitio sagrado como éste un cartel en el que los trabajadores de la empresa de cementerios del Ayuntamiento de Córdoba (Cecosam) se quejan contra la privatización de este lugar o de estos servicios.

Entiendo su protesta, pero creo que este no es el lugar adecuado para eso y considero que hay que respetar los cementerios, especialmente en una ciudad que ha aspirado a ser capital cultural europea. Por eso pido respeto y a quien corresponda que retire esos carteles.

José León Guerrero

Córdoba