pCONCIENCIA

nSospechosafilantropía N

***Luis Enrique Veiga

***Rodríguez

***Córdoba

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A la hora de donar un dinerito para aliviar el sufrimiento ajeno, por ejemplo esos 25 millones de euros a un centro benéfico de mi ciudad de origen, La Coruña, algunos empresarios, grandes filántropos, se están preguntando qué rentabilidad obtendrán a largo plazo con su inversión. Aunque nos parece una cifra sumamente generosa no es menos cierto que la filantropía ayuda mayormente a los ricos a ahorrar grandes cantidades en impuestos. Con ello se impide a un Estado cada vez más mermado, asumir unas funciones que pasan a depender de la buena voluntad del sector privado. Una especie de intromisión por la que muchos proyectos que parecen buenos a primera vista, se llevan a cabo las más de las veces sin un verdadero conocimiento del terreno al que van destinadas. En definitiva, nunca resuelven los problemas de fondo. En el caso que nos ocupa vendría a reflejar la antigua beneficencia en paralelo con la triste moda en dicho establecimiento (se trata de un albergue para los Sin Techo) de entregar al pobre unos carnés personales (con su nombre y apellidos). En ellos se anota a diario el paso del beneficiario por el albergue, como medio de acceso al comedor social ¿Estamos ante las antiguas cartillas de racionamiento? Por supuesto no es nuestro interés el poner fin al capitalismo, quizá si acaso ayudar a desarrollar un capitalismo de rostro más amable. Tal vez, empezando por una cierta filantropía en la que percibimos una actividad que no pretende acabar con las desigualdades sociales, ni con los problemas y que sólo ayuda a tranquilizar algunas conciencias. A dormir mejor. De hecho, algunos la califican de lavado de conciencia de los ricos, al tiempo que aconsejan desconfiar mucho de quienes intentan con una mano dar respuesta a los problemas que han creado con la otra.

pSOLIDARIDAD

nEl hambre retrocede,el mundo avanza N

***Olivier Longué. Director ***Acción contra el Hambre

***Madrid

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Este martes nos hemos despertado con la mejor de las noticias: 124 millones de hambrientos menos que hace una década. 63 países han logrado cumplir el primer objetivo del milenio. Es un logro de todos: de los investigadores que han dado pasos de gigante, de quienes trabajamos sobre el terreno para que estos avances lleguen a los niños, mujeres y hombres que los necesitan, de los ciudadanos que no han recortado en solidaridad en tiempos difíciles y de los gobiernos que han apostado, en regiones como América Latina, por invertir en nutrición como una vía directa al desarrollo. No obstante, 805 millones de personas siguen viviendo con hambre y esto es inaceptable en un mundo que produce suficientes alimentos para todos. Ahora que sabemos que es posible, es hora de acelerar el paso. Somos la generación que puede acabar con el hambre.

pCONCORDIA

nLa Lengua de la Humanidad N

***María Luisa de la Mata

***Córdoba

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En los tiempos que corren se habla de "lenguas","territorios", "independencias"... Siempre creí y dije que me hubiese gustado hablar francés, inglés, chino, catalán, gallego... Que esa diversidad era positiva y enriquecedora. Ahora creo que falta una "lengua única" que todos hablásemos, la lengua de la tolerancia, el respeto, la comprensión, la que una y no separe, la que me haga sentir igual, ni superior ni inferior a nadie, la que haga que vivo en un mundo sin fronteras. "La Lengua de la Humanidad".